Los Intrincados Hilos de Nuestra Historia

¿Sabías que la almendra no es una nuez sino una semilla lista a convertirse en árbol? Y así como la almendra, todos empezamos nuestras vidas llenos de potencial, listos a desarrollarnos en lo que nuestra imaginación y corazón dicten. Pero a veces ciertas expectativas e ideas se van hilvanando alrededor de nuestra identidad, tejiendo una historia de quiénes somos y quiénes debiéramos ser. Como resultado, terminamos cubiertos por capa tras capa de narrativas que nada tienen que ver con nuestra esencia y que, sin embargo, van determinando cómo nos percibimos a nosotros mismos, qué nos creemos o no capaces de hacer y cómo nos relacionamos con el mundo y los demás.

En este proceso, perdemos de vista nuestra esencia. Nos desconectamos de quienes somos y de lo que queremos. Cegados por las capas que hemos ido acumulando, nos olvidamos de ese ser lleno de potencial que somos y de lo que en realidad nos hace plenos y felices. Esas capas son nuestras narrativas personales, una mezcla o amalgama de historias con las que vamos dando sentido a nuestra vida y experiencias. Algunas de estas historias son de nuestra autoría, otras provienen de aquellos que nos rodean. Incluso, hay narrativas heredadas, pasadas de generación en generación y fruto de la sociedad y cultura que nos rodea.

De todas las historias que conforman nuestras narrativas personales, algunas nos sirven y otras no. Están aquellas que hablan de nuestros atributos pero también aquellas que se ensañan en señalar nuestros defectos como limitaciones estáticas e inalterables. Nuestros errores, en lugar de procesos naturales de aprendizaje, se convierten en marcas indelebles de fallas que nos carcomen el amor propio. Pero abajo de las innumerables capas de narrativas que nos recubren, yace nuestro verdadero ser, listo a rebelarse contra aquello que no nos es auténtico y, cuando logra alzar la voz en protesta, lo que surge es un conflicto interior entre quiénes supuestamente somos, quiénes debiésemos ser y quiénes somos en realidad. Pero deshacernos de nuestras narrativas personales no es tan sencillo.

Aún cuando intuimos que estas narrativas no nos son auténticas ni positivas, que nos marchitan y desfiguran, nos aferramos a ellas como si fuesen una verdad absoluta. La pregunta es, ¿por qué? Por un lado, porque muchas de nuestras historias y narrativas provienen de personas que son importantes en nuestras vidas: nuestros padres, abuelos, amigos, parejas… Entonces, cuestionarlas equivale a cuestionarlos a ellos y a los lazos emocionales que nos unen con estas personas. Por el otro lado, nuestras narrativas personales tienen sus raíces en narrativas sociales que rigen lo que se espera de nosotros y desafiarlas es correr el riesgo de ser excluidos y rechazados.

Esas expectativas sociales enmarcan nuestras experiencias como niñas, adolescentes y adultas, y dan forma a las dinámicas que rigen nuestras relaciones no sólo con otros sino con nosotras mismas. Te invitamos a explorar con Ursula Pfeiffer, cofundadora de Yuriyana Club y experta en temas de Mujer e Identidad, los intrincados hilos que tejen las historias de nuestras vidas. Descubre qué son las narrativas personales y cómo podemos superar las que no nos sirven. Inscríbete AQUÍ.

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