El amor propio: Una práctica cotidiana hacia el bienestar

La importancia de cultivar el amor propio

Hablar del amor propio se ha vuelto común, pero practicarlo auténticamente sigue siendo un reto profundo y diario. No se trata de un concepto abstracto, sino de algo cotidiano e imperfecto que se construye en el silencio de nuestra propia voz interna. Nuestra cofundadora, Ursula Pfeiffer, explica que este amor se basa en cómo nos hablamos cuando nadie más escucha, cómo reaccionamos ante nuestras imperfecciones, cómo nos tratamos cuando no cumplimos nuestras propias expectativas.

El amor propio no es una tarea más que añadir a nuestra lista interminable de responsabilidades. Al contrario, es el reconocimiento íntimo y constante de nuestra valía, una práctica diaria de aceptación y celebración de quiénes somos hoy, en este preciso momento.

Ejercicio: Reconocimiento emocional
Busca un lugar tranquilo y pon tus manos sobre tu corazón. Respira profundamente, observando cómo te sientes en este instante. Reconoce tu emoción, ya sea tristeza, alegría o ansiedad. Repite suavemente: «Está bien sentir lo que siento. Puedo estar conmigo tal como soy aquí y ahora». Esta sencilla práctica crea un espacio seguro para abrazarte y validarte, fortaleciendo así tu amor propio.

Creer en ti misma como práctica cotidiana

Roy T. Bennett escribió: «Cree en ti misma. Eres más valiente, más talentosa y más capaz de lo que crees». Es sorprendente lo fácil que nos resulta olvidar nuestras cualidades y logros. Constantemente cuestionamos nuestras decisiones, nuestras ideas y nuestra capacidad, muchas veces influenciadas por voces externas que se han internalizado hasta convertirse en autocrítica permanente.

Creer en ti misma es una práctica, no un acto único. Implica recordar constantemente experiencias pasadas en las que sí lograste tus objetivos, momentos en los que sentiste orgullo y seguridad. Estas vivencias son más que recuerdos; son evidencias de tu capacidad y tu valor.

Ejercicio: Visualización de confianza
En un espacio tranquilo, recuerda una situación en la que te sentiste orgullosa y segura. Revívela intensamente: qué viste, escuchaste y sentiste. Ahora imagina que esa sensación de logro se transforma en una luz amarilla que nace de tu interior y envuelve todo tu cuerpo. Visualiza cómo esta luz ilumina cualquier reto actual, repitiendo para ti misma: «Confío en mí misma. Soy maravillosa tal como soy».

Transformar el dolor en un punto de partida

A menudo, cuando atravesamos situaciones difíciles o cometemos errores, los convertimos en una carga emocional permanente. Pero Allen Cohen nos recuerda sabiamente: «Usa el dolor como un punto en tu camino y no como un lugar de residencia». El dolor no debe convertirse en nuestra identidad; al contrario, es una oportunidad para el crecimiento personal, para aprender lecciones profundas que nos permitan avanzar con mayor sabiduría.

Aceptar y entender nuestro dolor desde una perspectiva compasiva y empática es esencial para nuestro bienestar emocional. No se trata de negar el dolor ni minimizarlo, sino de reconocerlo, procesarlo, y usarlo como combustible para crecer.

Ejercicio: Reconociendo emociones difíciles
En un lugar silencioso, respira profundamente tres veces. Reconoce una emoción incómoda que estés sintiendo actualmente: tristeza, enojo, miedo. Nómbrala claramente y permite que exista dentro de ti sin juzgarla. Pregúntate qué mensaje te está trayendo esta emoción, qué área de tu vida señala. Observa con compasión tu respuesta interna y agradece la oportunidad de aprendizaje que esa emoción te ofrece.

Tu poder único es tu autenticidad

Vivimos en un mundo que constantemente nos invita a compararnos, a buscar nuestra valía en la semejanza con otros. Pero la verdadera fuerza reside en nuestra singularidad. Como afirma un pensamiento poderoso, «No hay persona que sea igual a ti. Solo tú eres tú y ese es tu gran poder».

Esta singularidad no es una desventaja, sino nuestro mayor activo. Nuestra historia personal, nuestra manera única de ver y experimentar el mundo, es lo que nos hace especiales e irrepetibles. Celebrar nuestra autenticidad no es un acto de arrogancia, sino un acto revolucionario de reconocimiento y validación interna.

Recordemos la poderosa respuesta que dio Lady Gaga cuando fue comparada con Madonna: «No necesito comparaciones, porque cada una es única en sus propias cualidades y talentos». Al igual que ella, debemos aprender a valorarnos y celebrar lo que nos hace distintas.

Ejercicio: Reconociendo tu singularidad
Regálate diariamente un espacio breve de cinco minutos. Frente al espejo o en un cuaderno, afirma algo que celebre tu unicidad: «Hoy reconozco y celebro que soy única y maravillosa exactamente como soy». Este acto sencillo refuerza tu autoestima y te recuerda tu valor auténtico.

La práctica constante del amor propio

El amor propio no es un destino, sino un viaje continuo de autodescubrimiento y aceptación. Es una práctica que requiere constancia, cariño y compasión hacia nosotras mismas. No se trata de buscar la perfección, sino de abrir espacios cotidianos en los que podamos escucharnos, entendernos y abrazarnos emocionalmente, incluso en nuestros días más difíciles.

Cultivar este amor implica también aprender a decirnos cosas positivas, a cuidar nuestro diálogo interno y a establecer límites emocionales saludables que respeten nuestra paz y equilibrio.

Cada día es una nueva oportunidad para reconectar contigo misma, para volver a elegirte y afirmarte en quién eres y en lo que necesitas. No olvides que cuidarte emocionalmente no es egoísta, sino necesario para ofrecer lo mejor de ti al mundo.

Ejercicio diario: Reencuentro contigo misma
Cada día escoge un momento para hacer una pausa breve y preguntarte con sinceridad: «¿Cómo estoy hoy? ¿Qué necesito de mí misma ahora?». Escucha tus respuestas sin juicio, responde con amor y actúa en consecuencia. Esta pequeña práctica diaria fortalece tu conexión interna y nutre tu amor propio de manera concreta.

En definitiva, el amor propio es mucho más que un concepto: es una forma de vida que elegimos conscientemente día a día. Es una decisión de honrar nuestra humanidad, celebrar nuestra singularidad y abrazar nuestra autenticidad en cada momento. Y al cultivar este amor hacia nosotras mismas, inevitablemente transformamos nuestras relaciones, nuestros proyectos y nuestro impacto en el mundo.

Mira el episodio complementario «Amor propio: una práctica diaria» en nuestro canal de YouTube: https://youtu.be/1mYvxkirFhg

En nuestra próxima y última entrega de esta travesía mindfulness, integraremos todas las prácticas exploradas para celebrar la vida desde una nueva perspectiva llena de consciencia y gratitud. Te esperamos para seguir creciendo juntas.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Shopping Cart
Scroll to Top